KaDeTe es un supermercado. Mejor dicho será un supermercado a partir del próximo mes. En Berlín. Ocurre que será distinto a todos los supermercados del mundo. Se trata del primer supermercado Start up. Me gusta la idea. Me sorprende. Gente con talento que gira la mirada hacia los ángulos que no son observados por los demás.

Sucede que cientos, miles, decenas de miles de empresas del sector de la alimentación intentan que sus marcas ingresen en el mercado de masas. Todo se simplificaría si hubiera un lugar donde las empresas, los emprendedores pudieran introducir sus nuevos productos para ver si el mercado los acepta. Una especie de supermercados de pruebas. Un lugar donde se estrenan cosas inéditas.

Las personas a las que  se les ha ocurrido la idea son listos. Antes de salir al mundo, otros tipos listos han vislumbrado que eso tiene sentido: el operador del centro comercial de Berlín, Wilmersdorfer Arcaden, contactó a los padres de la idea y les ofreció una ubicación.

 

Centro comercial de Berlín, Wilmersdorfer Arcaden

Las revistas especializadas no hablan de KaDe Te, pero, como muchas veces sucede, las cosas interesantes viajan de boca en boca: más de 200 pequeñas empresas, emprendedores, del sector, ya han solicitado poder estar en KaDe Te cuando abra sus puertas en unas semanas.

La noticia de la futura apertura de este supermercado me llegó hace una semana por parte de un ex-compañero de la ExxonMobil. Me explicó la idea, la filosofía. Me pareció  muy interesante.  Se supone que tendrán las puertas abiertas productos que lo tendrían muy difícil para que una cadena de distribución de alimentación apostara por ellos. Y recuerden que muchas veces las pequeñas empresas, los emprendedores, pueden llegar a entender  mucho mejor las necesidades reales de los consumidores. Me cuentan que se priorizará la innovación, originalidad y la creatividad a otros factores puramente mercantiles.  Evidentemente no todo será diferente. Por ejemplo, venderán productos frescos que usted podrá ver en otros supermercados: naranjas de toda la vida, o chuletas de toda la vida. Pero si usted las compra, sabrá que se trata de productos que provienen de una empresa de emprendedores que aún no ha llegado a colocar sus productos en el gran mercado. Por tanto, habrá una parte de innovación y otra de calidad no descubierta por la masa consumidora. Veremos. Si es así, me gusta la idea.  Conozco otros modelos ligeramente semejantes en el mundo, pero no tan llevados al extremo, en el sector de la alimentación, como KaDe Te.

Además, a estas marcas se les dará pequeños estudios de mercado de la evolución de sus productos. Se trata de la canteras de los supermercados. Un lugar libre, donde experimentar, un lugar donde nacerán tendencias, un lugar donde se fracasará, un lugar para buscar la sorpresa. Un lugar para consumidores inconformistas. Una especie de incubadora de lo que consumiremos alguna vez. El supermercado más diferente del mundo,  raro, desigual, desemejante, peculiar,  contradictorio, contrario, opuesto… Quizá se convierta en el Gran-Fracaso, o en la entrada del arte abstracto ininteligible en el brick de leche, o la entrada necesaria al mercado para muchos productos, quizá sea el comienzo de algo interesante en el retail.

Autor: Laureano Turienzo